La Pambelé, Nací mestizo
Colombia - Discos El Gozo - Salsa 🟢🟢🟢🟢⚪ 4/5
Martes 11 de febrero
Quizá el suceso cultural que representó DTMF de Bad Bunny haya agarrado desprevenidos a muchos sobre el estado actual de la salsa en Latinoamérica. Y miren que tiene sus heterodoxias y sus salseros más puristas que el rockero más instransigente, que se ofenden con el hecho de que el Conejo Malo haya incursionado en el género, o twitteras que se quejan que haya jóvenes “alternativas” difundiendo y programando salsa. La verdad es que la salsa goza de cabal salud a lo largo del continente, y a pesar de que por muchos años ha estado alejada del mainstream o de los charts, no dejan de surgir propuestas interesantes, orquestas y fiestas que dialogan con sus pasados y sus futuros posibles.
En el caso de la Argentina justo hace unos días asistía a una de las mejores fiestas de esta movida en Buenos Aires, llamada Que salgan las bestias, dedicada a la salsa dura y el perreo queer, a cargo de la DJ Candela Viva, migrante colombiana en la Argentina, quien enciende una vez al mes la noche del célebre Puticlub. También forma parte de los organizadores de un primer festival llamado Salsa de Barrio, que acerca esta música al corazón del barrio de Boedo.
En pleno verano austral descubrí el nuevo disco de la orquesta colombiana La Pambelé, que habían lanzado su disco debut en 2021, llamado Primer Round. En este Nací mestizo profundizan su sonido que remite a los años dorados de la salsa dura y al sello Fania, con destellos de son montuno, mozambique y guaguancó. Nuevamente bajo la producción de Mario Galeano (Frente Cumbiero) y Daniel Michel (La Boa).
En Nací mestizo, además del endiablado nivel técnico de sus integrantes (con algunos músicos que también pertenecen a la Filarmónica de Bogotá), se profundizan sus temáticas combativas y esa urgencia por que la historia de Colombia se mantenga en la memoria: “Para no olvidar, pa que no vuelva a pasar, tenemos que recordar toda la violencia que vivió esta ciudad”, mencionan en el pregón de la abridora “Para no olvidar”. También se dan el lujo de coverear a Aterciopelados (“Maligno”), mientras que el tema que da título al disco reafirma su pertenencia identitaria:
Por mis venas corre la sangre
que está mezclada de mis abuelos
y hablo el idioma que trajo el blanco opresor.
Sí, nací moreno,
hijo de esclavos encadenados
y a latigazos domesticados.
Y así nací con la piel quemada por el sol.
Camilo Toro (piano, arreglos) y Miguel Rorebolledo (percusiones, letras) logran un disco notable en un año en el que no van a faltar personas que quieran subirse al carrito de la salsa para sacar el mayor rédito posible. Aquí tenemos salsa pura y dura, sin concesiones. En una entevista para la revista Vogue mencionan: “Todo el otro tipo de salsa ‘con apellidos’ (romántica, erótica, rosa, etc) la amamos, pero la que nos representa y la que queremos utilizar para decir lo que nos frustra es la que no tiene apellidos”.
Miguel Bosé, “Manos vacías”
Miércoles 12 de febrero
La semana pasada que escribí sobre Carlos Varela no pude dejar de pensar en Miguel Bosé y en esa época gloriosa que va desde el lanzamiento de Bandido (1984) hasta Laberinto (1995). Incluso podemos agregar ese apéndice de cóvers que es 11 maneras de ponerse un sombrero. Vamos, toda la época que abarca su recopilatorio Lo mejor de Miguel Bosé, lanzado en 1999.
A lo largo de esa especie de década ganada Bosé se consolidó como el mayor esteta del pop en español, adoptando tendencias del pop y la electrónica global para generar un sonido exquisito, elegante y cuidado. Además con un songwriting iluminado y productores a la altura de las circunstancias. Pocos artistas pueden presumir de tener una sucesción discográfica tan demoledora como lo es Bandido, Salamandra, XXX, Los chicos no lloran y Bajo el signo de Caín.
Pensaba en eso y escuchaba “Manos vacías”, a dueto con Rafa Sánchez de La Unión, un temazo del que me había olvidado por completo. Mi gusto por Bosé en parte tiene que ver con mi madre, quien es fanática de sus early hits (“Linda”, “Te amaré” y demás). Y ahora que Bosé se ha convertido en un fantasma de lo que fue, y no es más que un señoro conspiranoico, es un buen momento para recordarlo en sus mejores momentos. Por ejemplo, recordar que una de mis escenas favoritas de Almodóvar es aquella de Tacones Lejanos donde luce fenomenal haciendo un lip-sync de “Un año de amor” de Luz Casal.
La única vez que vi en vivo a Bosé fue curiosamente gratis en el Zócalo de la Ciudad de México, en 2005. Estaba visitando a una novia de aquel entonces y coincidió con su presentación como parte del tour del disco Velvetina, acaso su última apuesta interesante, donde se subía al carrito del drum and bass quizá ya un poco a destiempo, con visuales à la Kraftwerk y demás parafernalia. Por cierto, cerró con “Te amaré”. Una noche memorable de esas que se quedan guardadas en el corazón.
Sabrina Carpenter feat. Dolly Parton, “Please, Please, Please”
Viernes 14 de febrero
“Please, Please, Please” es mi tema favorito del más reciente disco de Sabrina Carpenter, Short n’ Sweet, multinominado al Grammy. Hoy Sabrina ha lanzado una reedición de este track (compuesto por Amy Allen) acompañada de la leyenda del country Dolly Parton. No podría estar más agradecido por el resultado.
“Don't bring me to tears when I just did my makeup so nice” sigue siendo una gran línea.
¡Nos leemos la próxima semana!